Los originales del manga “Video Girl Ai” que fueron robados el año pasado han aparecido en subastas online. Se estima que unas 2.500 páginas de la obra habrían sido sustraídas durante la mudanza de su atelier y este noviembre están siendo revendidas en Internet, con un daño económico potencial de hasta 7.500 millones de yenes.
Durante una mudanza de su estudio en octubre de 2024, Katsura descubrió que habían desaparecido los originales de “Video Girl Ai” (Weekly Shonen Jump, 1989 – 1992). Se calcula que las páginas, correspondientes a los 15 volúmenes de la obra, son unas 2.5000 que el autor guardaba en sobres por tomo dentro de un armario metálico, mientras que otros trabajos importantes, como “Wingman”, estaban depositados en otro lugar y no se han visto afectados.
Según relata el propio Katsura, antes de la mudanza organizó sus pertenencias durante cerca de un mes y dio instrucciones precisas a las empresas de mudanza, compraventa y residuos para que no tiraran originales, relojes, cámaras u otros objetos personales. Aun así, tras el traslado faltaron los originales de “Video Girl Ai”. Mientras, las páginas de historias autoconclusivas y otros materiales permanecían intactos, lo que refuerza la sospecha de que se trató de un robo selectivo y planificado.
Este noviembre, en la plataforma de subastas Yahoo! Auctions Japan comenzaron a aparecer numerosas páginas originales de “Video Girl Ai”, que se vendían de forma continuada por precios que iban desde unos pocos cientos de miles de yenes por pieza hasta más de un millón en algunos casos. Diversos analistas y medios especializados han estimado que, tomando un valor medio de unos 300.000 yenes por página, el perjuicio económico total podría llegar a los 7.500 millones de yenes si se confirma la cantidad de páginas estimada. Para Katsura, se trata no solo de un daño económico sino también emocional, ya que ha señalado que son páginas realizadas “con el esfuerzo de toda una vida” y que no contempla la posibilidad de que fueran destruidas por error o desechadas por descuido.
En redes sociales y foros de coleccionismo, algunos usuarios comenzaron a advertir que las piezas subastadas podían proceder de un robo, tanto por la cantidad como por la rareza del material, lo que llevó a que varios compradores preguntaran directamente por su origen.
Katsura ha reconocido en público que las páginas que vio circular en estas subastas corresponden efectivamente a originales suyos y que considera que todo ese lote procede de la sustracción durante la mudanza. Aunque inicialmente una comisaría se habría negado a admitir la denuncia, la presión pública y la acumulación de indicios han hecho que el caso cobre relevancia mediática en Japón.
El abogado de Katsura, de un conocido despacho de Tokio, explicó que tras requerir información a la plataforma de subastas a través del colegio de abogados, se identificó que una de las cuentas que había vendido originales robados estaba supuestamente vinculada a un comerciante de antigüedades y objetos de colección relacionado con el entorno de las mudanzas y el vaciado de trasteros. El autor asegura que “tiene prácticamente identificados” a los responsables y que se prepara una acusación por delito de hurto, con la intención de recuperar el máximo número posible de originales.
Paralelamente, personas del entorno del artista y figuras del mundo del manga han iniciado campañas en redes sociales para pedir que las autoridades acepten formalmente la denuncia, investiguen la red de reventa y animen a quienes hayan comprado páginas en buena fe a devolverlas al autor.
El caso ha reabierto el debate en Japón sobre la seguridad de los archivos de manga, la responsabilidad de las empresas de mudanza y residuos al manipular obras con alto valor cultural, y la necesidad de mecanismos más estrictos para verificar el origen de los originales que aparecen en subastas online. Expertos en cultura popular y coleccionismo señalan que, si no se recuperan estas páginas supondría un golpe importante para el patrimonio material del manga y podría empujar a más autores a depositar sus originales en museos, archivos especializados o instituciones públicas.
Vía: Ameblo | Aisyosetu | 2nn | KaiYou | Yahoo!

